martes, 12 de septiembre de 2023

Hoy



 Hoy tengo ganas de escribir, pero no tengo fuerzas. No quiero solo el cuarto de Virginia Woolf, quiero una vida entera. En dos años y medio he vivido en cinco pisos y he tenido dos trabajos. He pasado de vivir a unos 900 km del lugar donde nací a unos 700 km -tampoco es que quiera volver exactamente-. Cuando trabajaba como técnico de cine sufrí explotación, y acoso y abuso tanto laboral como sexual. Luego dejé de trabajar a causa de todo esto. Cogí una pequeña videocámara y me grabé sentado en una mesa intentando escribir, mezclé las imágenes con un fragmento del VHS del bautizo de mi hermano que familiar grabó donde mi abuelo recitaba sobre Andalucía y el campo y mi tío y mi abuela y el amor y lo mezclé todo con imágenes de internet donde Onetti habla también de su abuelo y toda la cosa que gira con la cosa de este apellido que comparto como algo que no es mío pero en el que me reconozco. La presenté a una convocatoria organizada por una plataforma de video arte y el Reina Sofía y me seleccionaron en representación del video arte español de los últimos veinte años o algo así. Este mes participo en una exposición en el centro de arte CondeDuque llamada "Hecho en casa. Video arte doméstico actual en España". La última película que hice desde mi casa fue en 2019. Ya ni siquiera tengo tiempo ni fuerzas para hacer este tipo de películas. Ahora me dedico a dispensar felicidad recetada de forma asalariada bajo este modelo de esclavitud moderna. Todo el mundo sabe que la libertad te la da el nacer en una familia rica. Y aunque no tengo fuerzas tengo fuerzas para quererlo todo. Porque no solo quiero el cuarto de Virginia Woolf. Quiero mi vida. 

domingo, 18 de julio de 2021

Onetti

 «Sobre el escritorio, la fotografía estaba entre el tintero y el calendario; las cabezas de los tres repugnantes sobrinos de la Queca esforzaban sus sonrisas a la espera del momento en que el hombre que me había alquilado la mitad de la oficina -se llamaba Onetti, no sonreía, usaba anteojos, dejaba adivinar que sólo podía ser simpático a mujeres fantasiosas o amigos íntimos-se abandonara alguna vez, en el hambre del mediodía o de la tarde, a la estupides que yo le imaginaba y aceptara el deber de interesarse por ellos. Pero el hombre de cara aburrida no llegó a preguntar por el origen ni por el futuro de los niños fotografiados. «Lindos, ¿eh?, hubiera dicho yo ; la hembrita es deliciosa»; y miraría sin pestañear a la muchachita de gran cinta en el pelo y los ojos sin inocencia que alzaba el labio superior para toda la eternidad. No hubo preguntas, ningún síntoma del deseo de intimar; Onetti me saludaba con monosílabos a los que infundía una imprecisa vibración de cariño, una burla impersonal. Me saludaba a las diez, pedía un café a las once, atendía visitas y el teléfono, revisaba papeles, fumaba sin ansiedad, conversaba con una voz grave, invariable y perezosa».

 

 

La vida breve. Juan Carlos Onetti 

sábado, 26 de junio de 2021

Diálogos de junio

 

 

-¡MMMMMMMM…!

-¿Qué ocurre G?

-Nada, estaba pensando en ti. 

-¿En mi? 

-Sí, no sé. 

-¿En qué?

-En si te habías olvidado de mi. 

-Eso nunca G. 

 

 

 

-Qué tal has comido J? 

-Como Dios. 

 

-¿Qué tal has comido J?

-Como un señor. 

 

-¿Qué tal has comido J? 

-Los macarrones son una mierda. 

 

 

 

-Tengo que decirte una cosa y siento si os ofende a ti o a los que estáis aquí. 

-No te preocupes R, dime.

-Hay que instaurar correctamente el protocolo en el campamento. 

-¿En qué campamento?

-No lo sé. 

 

 

-¿Pa misiar? 

-Por aquí L, te acompaño. 

-Gracias gallu. 

 

 

 

 

 

-¿Por qué tienes la mano en la cabeza G? ¿Te Duele?

-Sí, de darle vueltas. 

-¿Y a qué cosas le das tantas vueltas?

-A cómo me voy a morir. 

 

-¿Qué tal estás hoy G?

-Mal. Agonizando. La vida es agonizar. 

 

 

 

 

-Oyeeeee chaval. 

-¿Qué ocurre J?

-Estoy hasta los cojones de estar aquí. 

 

 

 

-¿Tenemos los informes?

-¿Qué informes R?

-Los del sitio este. 

-Sí claro. 

-¿Y está todo en orden? 

-Por supuesto R. 

 

-¿Has bajado a la cocina hoy?

-Sí claro F, la acabo de limpiar. 

-Ah muy bien. Pues en el mueble de arriba hay magdalenas. Cómete una. 

-Gracias F. 

 

 

 

-Esos tiempos mejor que no vuelvan. Esos tiempos mejor que no vuelvan. 

-¿Qué tiempos R?

-No, no, no. Esos tiempos mejor que no vuelvan.