domingo, 22 de septiembre de 2019

Referencias Berger.

He leído la obra-libro casi ciervos de Uxue Juárez (greylock,2019). Hay una pista en su título. La animalidad recorre páginas de letras y fotos. Distintas tipografías como lenguajes alternos y paralelos. Las constantes referencias a Berger me han trasladado a otro tiempo. En el que leí algunos textos de él por recomendación de ellas. Entonces toda recomendación me las tomaba en serio. Sé que leí Mirar. Pero salvo el animal de la cubierta del libro no recuerdo mucho más. Mi cerebro ansioso está empeñado en el futuro, así que no suelo recordar en profundidad —en términos académicos y no espirituales— las cosas que leo. No sé si puede que me pase lo mismo con las personas. Aún así, toda esta animalidad ha trazado una línea de origen emocional y científico en mi mente.
Era casi invierno en Madrid (puede). Y yo la acompañé a ella a La casa encendida porque John Berger daba una charla, o una conferencia, o quizás solo fuera una presentación. No diferencio este tipo de matices ni protocolos. O simplemente no me importan. Hay una sala llena de gente. Gente con la que no me identifico. Hace casi un año que vivo en esta ciudad pero he pasado más tiempo trabajando fuera que en ella/ni con ella. No sé de qué habla John Berger. Sé que tengo que usar un traductor simultáneo, una especie de walkman que es la primera vez que uso en mi vida. Me fijo más en su presencia. En su presencia en toda su esencia. De negro. Sonriente. Blanco. Salimos fuera. Me paro en el no quicio de la puerta gigante del edificio. Las noches son frías en esa ciudad. Cuando levanto la vista del cigarro veo que en frente de mí, en el otro inexistente quicio,  está John Berger. De repente me mira. Fire fire fire. Y yo lo entiendo. Saco mi mechero y se lo alargo. En ese momento llega su mujer y me sonríe. También llega ella y hace lo mismo. ¿Cómo YO he conseguido este momento? Thank you. Thank you.



Silencio/Animalidad.