sábado, 27 de febrero de 2021

Historia de un libro de poemas NO publicado


 

 

Recibo el email de un editor de Zaragoza o Logroño muy interesado en mi libro de poemas. Me habla de un contrato, de una sesión de fotos, reseñas, medios, distribución. 

 

Qué emocionante.

 

Creo que murió repentinamente. Nunca más supe de él. 

 

 

Recibo el email de un editor. En su catálogo se puede decir que hay grandes poetas. Me pide 1500€ para publicarme. Por supuesto no es una autopublicación, ni que yo tenga que pagar por ello. Puedo buscarme una amable institución que lo haga por mi. 

 

 

Llego a Madrid un domingo sobre las 15:00 horas. Aparco en un parking de una calle de Tetuán. Habré estado unas cuatro horas conduciendo. Recibo la llamada de un editor. “Me recuerdas a Lorca” dice. Aguanto la risa. Mañana lunes te mando el contrato. Me lo manda dos semanas después, lo firmo y se lo envío. Dos meses después no he recibido el contrato de vuelta firmado por él. No contesta. Y que un tipo tenga mi firma en un contrato no me hace ni puta gracia. Le acabo mandando un burofax como si de un conflicto laboral se tratara renunciando a todo. Lo recibe y aún así no contesta. Ahora leo en twitter a una poeta que ha publicado con él. Que Dios la ampare. 

 

 

Recibo el email de un editor. Rechaza mi libro de poemas. Además da motivos. Es demasiado descriptivo, narrativo. Como si ambas cosas fueran lo mismo. Gracias y hasta otra. Tres meses después me vuelve a escribir. He estado releyendo tu libro de poemas. Me gustaría publicarlo si quisieras trabajar en él, hacer algunos cambios. Proponme esos cambios y ya decidiré si acepto o no. Y si decido trabajar en esos cambios mándame un contrato. Aún conservo su contacto en whatsapp por una especie de fetiche. No es el único. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario